los visitantes del agujero del comedor
Lo que aparenta ser una mancha de humedad en la pared termina siendo una invasión a gran escala, que se hace presente en el comedor de una casa del conurbano bonaerense. Este es, en pocas palabras, el argumento de la nueva obra de la dupla Federico Reggiani (guión) y Ángel Mosquito (dibujos), Los visitantes del agujero del comedor, editada por Maten al mensajero.
El damnificado por la mancha, que luego se transforma en un agujero, es un padre soltero que convive con su hija luego de la muerte de su ex mujer. La casa se completa con Alan, un amigo que reside de modo temporal con la familia. Este último es el primero en divisar el problema de la pared, que, veloz, se convierte, ante la mirada absorta de los personajes, en un ser de otra dimensión, cuya imagen plana nos recuerda a los monstruos informes de Los mitos de Cthulhu de Alberto Breccia.
A este particular comedor se van sumando diversos personajes, como si se tratara de la mesa de Mirtha Legrand: la dueña de la pensión de al lado, un inmigrante con los papeles “un poco flojos” al que apodan Maicol Jackson, un gendarme y un representante de la “oficina que investiga la aparición de invasiones extraterrestres, animales mutantes y todas esas porquerías que no existen”, entre otros. Ninguno de ellos, sin embargo, parece tener una remota idea de qué está sucediendo; no conocen el motivo de este repentina aparición.