CIUDAD DE BARREIRO-GIMENEZ
No sería sino hasta 2015 que Doedytores e Historieteca aunaran esfuerzos para la reedición definitiva de este clásico, con el atractivo extra de incluir las páginas a color que Giménez produjera con vistas a una reedición europea que, finalmente, nunca se concretó.
ANALIZAMOS UN POQUITO EL PRIMER CAPÍTULO
Jean vive en París, tiene un empleo tranquilo (como compañeros de estudio en una viñeta, se los ve a los propios autores), un departamento y una novia bonita. Sin embargo, Jean no es feliz y bebe para escapar de la angustia que le produce la monotonía de su vida. Como en tantos relatos de aventura, el personaje chato y aburrido se ve repentinamente envuelto en circunstancias extraordinarias que lo llevan a enfrentar peligros mortales, visitar lugares exóticos y conocer a personajes increíbles. Todo ello se verá encarnado en la ciudad fantástica y aparentemente infinita que sirve como escenario para la trama.
Esta es la premisa inicial de “Ciudad” y, aunque no destaca por su originalidad, cuenta con los guiones de Barreiro que sabe llevar al lector a través de la historia y ofrecerle en cada episodio algo que lo deje, si no deslumbrado, al menos satisfecho.
El primer capítulo se va a construir fundamentalmente a partir de la contraposición entre el mundo cotidiano de París (donde pasan las cosas que ya describimos) y el espacio propio de la aventura que es La Ciudad (donde aparecen unos locos en autos modificados onda Mad Max). La conexión entre ambos mundos se dará atravesando una calle (lo que remite claramente a la teoría de los mundos cortazarianos) pero la calle en cuestión es la “Rue le Aleph”, aludiendo al cuento más conocido de Borges. Estas referencias nos dan las principales claves de lectura de la obra que se desarrollará entre la ciencia ficción y el género fantástico aunque siempre teniendo la aventura como motor de la acción.
Pero el contraste no se limita solo a los espacios y también puede verse reflejado en los dos personajes femeninos. En el mundo real, Jean está de novio con Janine, con quien tiene y cito “La misma eterna discusión”: Él la invita al cine pero ella quiere ir a bailar; ya en el boliche, él quiere alejarse de la pista para tomar unas copas pero ella prefiere quedarse bailando sola; por fin, él la invita a su departamento pero ella se niega porque está muy cansada. Para los jóvenes que no estén familiarizados con los rituales de apareamiento del siglo pasado, les brindo una pequeña explicación: él busca los lugares donde pueden tener cierta intimidad y ella lo rehuye constantemente. No obstante, aunque todas las noches terminan peleados, todas las tardes, ella vuelve a llamarlo a la misma hora para reiniciar el círculo vicioso. En apenas tres páginas, la obra logra transmitir, no solo el hastío ante la rutina sino también la sensación de una fuerte frustración sexual en el protagonista.
Mientras que, apenas entre en La Ciudad, Jean conocerá a Karen, una mujer fuerte que le salva la vida a los tiros, lo lleva al departamento de ella y le cuenta, así de una y sin mayor justificación argumental, que antes era prostituta.
Sí... Barreiro tiene la sutileza de un elefante borracho pero siempre compensa con irreverencia y una imaginación desbordante.