DEATH ORB
Dentro del mundo distópico que nos plantea Death Orb tiene mucha importancia la religión. La portada ya nos muestra una cruz invertida, y es que tras el evento que destrozó el planeta se hizo con el poder una secta que proclama la llegada del fin del mundo, uno total e irremediable, que está dirigida por Padre y los Lores. No es una secta satánica en sí y el juego que dan los autores con el cristianismo, aunque breve, no deja de ser interesante. Pero sobre todo se centran en el villano principal, dándole peso, motivos, una dirección y una fuerte personalidad, con un final muy adecuado, ya que, como no podía ser de otra manera, las cosas no son exactamente lo que parecen y es con el que nos dejan ese poso reflexivo que toda obra de este tipo debe tener, aunque no sea su motivación para existir. Bastante para una miniserie de cinco números aunque se hubiese agradecido un poco más de duración. Esto es bueno, porque la colección es lo suficientemente interesante como para querer saber más, aunque su final en cierto modo es bastante satisfactorio, especialmente en cuanto a simbolismo religioso trasladable a lo político y lo social, pero en detrimento del personaje principal. Aunque en cierta medida esto no deja de recordar a otra de las obras de las que bebe este cómic, Mad Max.