llegados en julio
Pack 1 con las aventuras del Cazador
(nros. 11, 12, 53, 61 E. de la Urraca)
Pack 2 con las aventuras del Cazador
(nros. 49, 48, 42, 40 E. de la Urraca)
En este librazo, el uruguayo Rodolfo Santullo y el entrerriano Lisandro Estherren adaptan los dos primeros relatos protagonizados por Julio Argentino Etchenique (alias Etchenike), originalmente publicados como Manual de Perdedores y Manual de Perdedores II.
Tengo un problema con la adaptación al comic y es el dibujo. Ojo, que no se me malinterprete: Lisandro Estherren me parece un MONSTRUO, un dibujante increíble, un virtuoso del mega-carajo, un tipo destinado a dejarnos obras de primerísimo nivel. Pero no me parece que su estilo sea el más idóneo para encarar esta versión de las novelas de Sasturain. Acá vemos a Estherren dando cátedra de expresionismo al límite, donde lo único que se parece a lo que ya vimos en otras historietas es la disposición espacial de las viñetas en la página. Todo lo demás, Estherren lo re-imagina, lo re-interpreta, lo deforma, le pasa por encima a todo con su grafismo, basado en amplias masas negras, blancos que parecen aplicados con témpera sobre un fondo negro, grisados, raspados, pinceladas de brocha gruesa y unas letras hermosas en las onomatopeyas. Sobran recursos, sobran efectos, está todo muy cargado, como si el dibujante se esforzara demasiado para demostrar que es un capo.
Tengo un problema con la adaptación al comic y es el dibujo. Ojo, que no se me malinterprete: Lisandro Estherren me parece un MONSTRUO, un dibujante increíble, un virtuoso del mega-carajo, un tipo destinado a dejarnos obras de primerísimo nivel. Pero no me parece que su estilo sea el más idóneo para encarar esta versión de las novelas de Sasturain. Acá vemos a Estherren dando cátedra de expresionismo al límite, donde lo único que se parece a lo que ya vimos en otras historietas es la disposición espacial de las viñetas en la página. Todo lo demás, Estherren lo re-imagina, lo re-interpreta, lo deforma, le pasa por encima a todo con su grafismo, basado en amplias masas negras, blancos que parecen aplicados con témpera sobre un fondo negro, grisados, raspados, pinceladas de brocha gruesa y unas letras hermosas en las onomatopeyas. Sobran recursos, sobran efectos, está todo muy cargado, como si el dibujante se esforzara demasiado para demostrar que es un capo.