YILÉ Y LADRONES Y MAZMORRAS "EL GRAN GOLPE"




En una Buenos Aires habitada por seres fantásticos, un tenebroso complot busca controlar el país. Yilé, una machí (bruja), es la última posibilidad para evitarlo.

El año 2001 no solo sumió a la Argentina en el caos, también fue el año en el que se rompió una antigua y mal fundada creencia: Que las criaturas fantásticas no eran reales.
Entre los que tomaron las calles se mezclaron Pomberos, Duendes, Ekekos, Mulánimas, Coquenas...
Han pasado 9 años y todavía el mundo sigue dividido en dos. Un mundo diurno donde caminan los humanos y, a la sombra de este, el mundo nocturno, donde los llamados "anormales" son relegados a ser seres temidos y perseguidos.
Yilé vive en el medio de esos dos mundos. Una de las pocas machis (brujas) que quedan, sobrevive haciendo lo único que sabe hacer: lidiar de frente con lo extraño, pero ocultando su verdadera identidad.
Durante la investigación de un nuevo trabajo traído por su antiguo compañero, Yilé descubre un complot que podría volver a enterrar a al país en una vieja oscuridad, y se da cuenta de que ella es la última barrera antes de que eso suceda.

Guion y dibujo de Matías Muzzillo.

Obra ganadora del premio de letras del Fondo Nacional de las Artes, región norte.

Libro de 96 páginas, Color, 24x17


LADRONES Y  MAZMORRAS "EL GRAN GOLPE"

El universo de Ladrones y Mazmorras está de fiesta. Llega al papel el tercer tomo de la colección: El Gran Golpe. Los personajes ya conocidos por sus aventuras en los dos libros anteriores unen sus fuerzas para una misión compleja y peligrosa. Escrita por Rodolfo Santullo, ilustrada por Jok, publicada originalmente en Aces Weekly y ahora completa en esta colección de Loco Rabia y Belerofonte. En la Posada del Muerto se teje algo oscuro, como cada noche. Una propuesta única, imposible de ser dejada de lado. Un golpe, uno muy grande. Para muchos, el que les permita recuperar parte de la gloria perdida. Es que en el universo de Ladrones y Mazmorras, gloria es lo que escasea. Son más los fracasos y los días de miseria. Pero no será una misión fácil. Al contrario. No hay nada que perder... más que la vida propia.

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