ALMANZOR-LOPE DE AGUIRRE

 

Un poderoso hechicero utiliza sus dones para beneficio y ambición personal, y es por eso que es castigado duramente por los grandes Maestros de la Magia: es despojado de sus poderes y deberá morir mil veces y mil veces ser revivido para expiar sus errores. Publicada originalmente en episodios en la revista Skorpio allá por los 90, esta inolvidable serie limitada escrita por Eduardo Mazzitelli —El extranjero, Límite exterior— y Walter Slavich —Nekrodamus, La Soldadera—, y dibujada por Rubén Meriggi (Fantasías, Crazy Jack, El Imperio y los Harapos) llega por fin al libro y, como cereza del pastel, completa la edición Cielo Infinito, una genial historieta autoconclusiva de Mazzitelli y Meriggi.
Tu arbolito aprendió a hablar y lo pide a gritos...

Felipe Hernández Cava en algún momento de su vida decidió escribir un tríptico sobre la vida de Lope de Aguirre.

Lope de Aguirre (1510-1561) fue un conquistador español que participó en varias expediciones y conquistas en América del Sur durante el siglo XVI. Es recordado principalmente por liderar una rebelión contra el rey español Felipe II y proclamarse a sí mismo como «Príncipe de la Libertad» en la región que hoy es Colombia y Venezuela.

Los dibujantes que lo acompañaron en estos tres cómics fueron Enrique Breccia, Federico del Barrio y Ricard Castells Ikusager publicó en 1989 una primera entrega con el título de «La aventura» y fue dibujada por el argentino Enrique Breccia. Durante cuarenta y seis páginas asistimos a una historia sumamente triste en contraste con los colores vibrantes del dibujo:

En Santa Cruz, un pequeño poblado de América, el Gobernador Orsúa espera por un envío de dinero del Virrey para continuar con la expedición que busca encontrar la mítica ciudad de «El Dorado» que promete riquezas sin igual. Mientras, los miembros de la expedición, un grupo de hombres salvajes, pasan hambre, se aburren y buscan mujeres con las que entretenerse. La miseria y la codicia flotan cada día entre los pocos españoles que aun sobreviven a la espera de nuevas órdenes.

Y Aguirre, huraño y temido, se preocupa por el futuro, por sus vecinos y por lo que le sucederá a su bella hija cuando ya no pueda velar por ella.

Pero el dinero no llega. La comida escasea y los hombres, acostumbrados a actuar más que a descansar, se ponen nerviosos. Es por esto que el Gobernador promueve el intercambio con los indios Tabalocos. Para eso propone que se alisten cien voluntarios. A ellos se suma Lope de Aguirre.

Entradas populares